Relleno de abejas con jarabe de alta fructosa.

Queremos decir de manera absolutamente inequívoca: la alimentación de abejas con jarabe de alta fructosa y otras soluciones de azúcar es completamente inaceptable como producto alimenticio para las abejas que reemplazan a la miel. Su valor nutricional no corresponde al valor de la miel. Además, tienen un nivel diferente de acidez y, por lo tanto, cambian el cultivo microbiano de la colmena. Además, el nivel de acidez del jarabe de azúcar contribuye al crecimiento acelerado de las bacterias patógenas.

Aquí es cómo alimentar a las abejas con jarabe

Con respecto a los aditivos de polen, observamos que estos son aditivos, no sustitutos. Un conjunto completo de nutrientes que las abejas obtienen de este polen no reemplazarán ninguna droga. Si las abejas no tienen un polen real durante unas pocas semanas, comenzarán a mostrar signos de falta de nutrientes, ya sea que les ofrezcan suplementos o no. Aunque al principio puede parecer que la inmersión contribuye al aumento en el número de abejas trabajadoras, como resultado, recibirá abejas más débiles con una esperanza de vida más corta.

El alimento de las abejas es la miel y el polen. Las abejas no hacen comida para sí mismas azúcar, jarabe de alta fructosa; hacen miel y pera y siempre, siempre que sea posible, deben dejar sus reservas de miel y polen. No hay sustituciones equivalentes de lo uno y lo otro.

Las abejas comen mucho, pero no todos los sustitutos útiles

Incluso si cree que el azúcar de caña y el jarabe de maíz con alto contenido de fructosa son un reemplazo completo de la miel en su propia mesa, haga que sus abejas sean un servicio:Déjales comida que les sea prescrita por la naturaleza.

Las familias de abejas vivieron naturalmente los últimos cien millones de años sin ninguna interferencia de nuestro lado. Y esta interferencia en procesos tan importantes como la reproducción y el crecimiento de la población, a pesar de algunos beneficios a corto plazo, socava el bienestar a largo plazo de la colmena y evita que las abejas se adapten sucesivamente a un entorno en constante cambio. Nuestra intervención socava la capacidad de las abejas para cuidarse a sí mismas. Y lo más importante: evita que las abejas comprendan correctamente lo que sucede a su alrededor y reaccionen adecuadamente ante los eventos.